jueves, 27 de noviembre de 2014

Romanescu

La entrada de hoy no es de algo tan exótico como otros días, aunque es mucho menos conocido y usado que la coliflor o el brécol, el romanescu también se encuentra en mercados y supermercados, aunque sea a temporadas. Pero quería hablar de ello, porque no conocía su existencia hasta hace poco y es una verdura que me ha dejado fascinado.


La verdura en sí es como una coliflor, pero algo más tierna, huele menos mal al cocer y el sabor es algo menos intenso. Se puede preparar de cualquieras de las formas en que hacemos la coliflor o el brécol. En las fotos del plato ya hecho que he puesto está cocida y servida con bechamel. 

Su origen es italiano, aunque ya se ha extendido ampliamente por el mundo. Pero la mayor gracia de esta verdura es su aspecto. Tiene picos en forma de espiral y cada pico tiene más picos pequeños y cada pico pequeño tiene más picos enanos... El aspecto es precioso, pero es que además es seguramente el único ejemplo de geometría fractal en la naturaleza visible de forma sencilla y evidente, no hay que mirar un copo de nieve al microscopio ni nada así, solo mirar esta verdura en el mercado. Es decir que si viéramos una imagen ampliada de una de las protuberancias del romanescu tiene el mismo aspecto que la verdura completa. No solo eso, sino que la forma en espiral en que se forma el patrón hace que siga una sucesión de Fibonacci, seguramente la sucesión más conocida y con propiedades más importante. Si cogemos una protuberancia, podemos comprobar que tiene una mini-protuberancia en el pico, 2 en el siguiente nivel, después 3, 5, 8, 13... la serie completa. 


jueves, 20 de noviembre de 2014

Anacardos con wasabi

Es uno de esos platos que suenan mejor en inglés. Roasted Cashews suena mucho más fino que anacardos tostados. Pero vamos, es lo mismo. Anacardos, frutos secos, y lo que tienen de especial, y por lo que salen en este blog, es porque Vitasia los vende con Wasabi.


Lo que lleva es una capa fina de wasabi en polvo. Al ser en polvo y fina el efecto es que pica, y además no está demasiado rebajado, es wasabi con sabor bastante puro, pero el picante apenas dura 2 ó 3 segundos, en seguida absorbes el fino polvo y lo que lleva ya es solo anacardo.


Aún así si te comes media bolsa de la sentada, el sabor se va acumulando y puedes acabar harto. Y por último, una recomendación. No seáis tan burros como yo y no os chupéis los dedos cuando hayáis acabado de comer los anacardos. El wasabi acumulado en esos dedos hace que el sabor no se vaya en unos segundos, y puedes pasar un rato malo sin querer.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Salt water Taffy

De un viaje reciente mi tía me trajo unos caramelos masticables de Boston. Son unos Taffy de agua salada.




La caja es bonita, con cosas típicas de allí. Es un dulce tradicional, tienen unos 150 años de tradición, lo cual en EEUU es toda la historia del país. Son tradicionales de la costa este, originarios de Atlantic City.

Vienen caramelos de sabores, son parecidos a caramelos masticables, como sugus gordos. Pero no se pegan a los dientes, y son mucho más blandos, se deshacen solos, una gozada. Incluso los de anís eran tan blanditos que se quedaban pegados al papel.


Los acabamos enseguida, porque están muy ricos y la textura hace que no empalaguen nada. Esto debe ser por el agua salada, pero también por la forma de tratarlos, el proceso de amasado que hacen los hacen diferentes. Recomendados.

jueves, 6 de noviembre de 2014

Gyozas de cerdo

Las gyozas son la versión japonesa de los jiaozi, un plato extendido por todo Asia. Es básicamente una empanada hervida.

Llevan masa, tipo pasta, en realidad más cercano a un ravioli que a empanadilla. Y de relleno pueden llevar verduras y/o carnes, lo más habitual en las japonesas son las de carne de cerdo, que son de las que voy a hablar en esta entrada. 


Esta vez voy a poner ejemplo de 2 sitios distintos, la primera imagen es del Oishii, en Madrid, y la segunda de la caseta de Wasi-sabi en las ferias de Valladolid.

Pueden estar cocidos, hechos al vapor o un poco fritos. Creo que los de madrid estaban fritos y los de Valladolid cocidos, puede que al vapor. Se suelen servir con una salsa de soja y vinagre con un toque picante. 


Están bastante buenas, son blanditas, al no estar muy frito no coge el crujiente que tienen las empanadillas. Dependiendo del relleno, y de las verduras que le pongan puede tener un sabor un poco más fuerte o neutro, pero a mi siempre me han gustado.